Resulta que la mayoría, más del 95% de las personas que emprenden un negocio online fracasan. Estaría muy bien entonces, saber qué distingue a los que fracasan de los que tienen éxito. Pero, ¿basta con eso? Dicho de otro modo, si sabemos cuál es la diferencia entre los negocios / personas que triunfan y los que no, ¿vamos a poder aprender de esas diferencias y, por consiguiente, entrar en la élite?
Me temo que no va a ser tan sencillo.
Cuando comencé en Internet hace ya varios años, todo parecía como codificado. No entendía casi nada de ese lenguaje. “Joint Venture” me sonaba a acuerdo para realizar alguna fechoría, HTML ya no les digo lo que me hacía pensar… Desafonrtunadamente, la mayoría de personas encuentran la experiencia de la aventura online como algo desastroso, fuente de engaños o, peor, algo que no fue diseñado para ellos.
Como miles y miles de personas, empecé a comprar todo lo que se me ponía por delante, para acortar la curva de aprendizaje. A lo mejor le interesaría saber cuál fue esa lista de recursos que compré, pero es vergonzoso relatar todo lo que alcancé a comprar o probar, en un ímprobo esfuerzo para ser “exitoso”. Créame si le digo que he comprado más de 200 ebooks y estudiado hasta la última palabra, firmado para cientos de boletines electrónicos y he descargado todos los regalos que ofrecían. He despediciado dinero en productos de los que no pude obtener nada bueno, probado el PPC, comprado dominios y sitios web enteros. En fin, si se le ocurre algo, es posible que lo haya comprado o probado.
Entienda esto: no hay falta de información. Nadie esconde el secreto para construir una lista enorme de seguidores. Los cursos sobre cómo escribir una carta de ventas están a la vuelta de cada esquina. Informes sobre cómo conseguir más tráfico (o, simplemente, tráfico) abundan.
Tiene que haber algo más que la información que haga la diferencia. Aparte de las técnicas y estrategias de marketing, hay algo más detrás del arte de conseguir dinero.
Y hay algo más, mucho más diría yo.
Hoy en día y creo que desde siempre, pero en la actualidad y con las redes sociales se hace más patente un hecho. La humanidad vende. Nuestro producto puede ser más o menos bueno, pero nosotros tenemos que transmitir, tenemos que gustar como personas.
El discernimiento es muy importante. Yo no voy a censeñar aquí a la gente cómo tener ese don. Pero usted es muy responsable de la energía que pone en todo aquello que hace, dice o describe. Cuando escribe un producto, una carta de ventas o una carta a su abuela, usted está poniendo un determinado nivel de energía en ello. La energía que ponemos en nuestras acciones es muy importante. No es que esto constituya aisladamente el secreto para el éxito. Es una pequeña parte, pero muy importante en la consecución de sus metas de marketing en Internet.
El éxito online tiene menos que ver con qué hace y más que ver con cómo hace las cosas.