La prestigiosa revista Nature se hace eco en su último número, de un comunicado de prensa sobre la reputación online de los científicos. Es frecuente hoy en día que cuando se acusa a alguien de haber falseado el curriculum vitae o los resultados de un estudio, sea o no fundada la acusación, esta persona tiende a esconderse, a minimizar su presencia pública al menos por algún tiempo.
Sin embargo, el científico Anil Potti está haciendo todo lo contrario. Este señor, en vez de esconderse ha contratado una agencia de gestión de la reputación online para ensalzar y limpiar esa reputación. Él mismo o alguien en su nombre ha registrado media docena de dominios con su nombre, en cuyos sitios web se habla de todo lo bueno que esta persona ha hecho y hace.
También han aparecido cuentas de Facebook y de Twitter, así como una serie de comunicados de prensa favorables a su persona.
Los gestores de reputación online son empresas que utilizan técnicas de optimización para buscadores -SEO- para reparar la imagen online de sus clientes, que han tenido prensa desfavorable. Estas estrategias incluyen inundar Internet con mensajes positivos para hacer desaparecer los negativos, desplazándolos de las primeras posiciones en los buscadores.
Al hilo de este caso, la revista Nature hizo una encuesta entre los científicos, revelando que un número significativo de ellos están perocupados por mantener su reputación online. No sólo la mayoría de los científicos que contestaron la encuesta pensaban de esta forma. Además, todavía un porcentaje superior (el 88%) afirma que la reputación online de su trabajo es importante.
Aunque el porcentaje no es muy alto, sólo el 13%, merece la pena destacar que parte de los cientfícos encuestados afirmó haber utilizado técnicas de optimización web para mejorar la visibilidad de su trabajo. Un diez por ciento de los encuestados afirmó haber pensado contratar servicios profesionales para realizar estas labores. Aquí se me ocurre que los expertos en mejorar la reputación de empresas, también tienen un buen mercado en profesionales de todos los ramos. Lo digo porque quizás sean los científicos en quienes menos pensamos como clientes potenciales.
Muchos investigadores han puesto sus referencias y CVs en Wikipedia, o han editado referencias a sus artículos.
En el mismo artículo de Nature se hace referencia a científicos que están logrando mejorar su visibilidad y la de sus trabajos aplicando el SEO y la analítica web. No olvidemos que los científicos crean productos y generan servicios, aparatos y patentes, que se traducen con frecuencia en dinero si se aplican las tácticas apropiadas de marketing en Internet.
Otro dato interesante es que el 17% de los encuestados tiene un blog. Aunque el blogging se considera por la mayoría una actividad extracurricular, coinciden en señalar que tiene beneficios evidentes para la carrera profesional. Aquí tenemos otra clave importante como fuente posible de negocio: ayudar a los profesionales liberales y a los científicos a tener presencia online con un blog.
El artículo acaba comentando la dificultad de hacer desaparecer las evidencias en Internet. Seguramente es imposible. Por otro lado, las actividades de gestión y mejora de la reputación online pueden ser un arma de doble filo, alimentando el interés por indagar más sobre la mala conducta de quienes contratan esos servicios.