Aquí os presento el primer capítulo del libro escrito por E. Haldeman-Julius, titulado “Los Primeros Cien Millones”. Este autor, su libro y lo que explica, contiene grandes lecciones de marketing. ¿Qué habría hecho este hombre si hubiera tenido el Internet, los e-books y todo lo que tenemos hoy, a su alcance?
Capítulo 1. Lo Que América Quiere Leer
Por Qué los Little Blue Books Cuentan Una Historia Vital
Mis nueve años publicando la serie conocida en todo el mundo como los Little Blue Books serían, quizás, interesantes como un logro editorial—pero para un grupo limitado, seguramente. Es, después de todo, más maravilloso construir un reloj que los es escribir un libro de cinco centavos; es incluso más maravilloso hacer un reloj de categoría que imprimir y encuadernar un libro caro. No es que yo haya producido libros en cantidades masivas a un precio bajo estándar lo que hace que mis Little Blue Books tengan significación vital. Hay comercio, mecánica y ventas—pero el mundo está lleno de negocios más espectaculares, mecánicas más complicadas y ventas más dinámicas.
El lado comercial de mi experiencia con Little Blue Book, así como el lado mecánico y el de las ventas son interesantes porque los Little Blue Books son realmente de significación vital. Cuentan una historia que ninguna otra serie de libros publicada en ningún sitio puede contar. Cuentan lo que los Americanos quieren leer. No habría razón para que contara la historia de los Little Blue Books si no fuera porque esta realización de la idea que dio luz a la serie. Pensé que podría ser posible poner libros al alcance de todo el mundo, rico o pobre, aunque pensando más en los pobres y los que intentan subir, pero que no son ricos, libros que querrían y que podrían elegir sólo por lo que contienen esos libros. Con esto quiero decir que soñé publicar libros en tales cantidades que podría venderlos a un precio que pusiera todos los libros al mismo nivel. Ningún libro sería elegido por encima de otros, dicho de alguna forma, por diferencias en el precio. Y el precio sería tan bajo que ningún otro libro aparte de los míos serían elegidos por tener un precio más bajo.
Para ser más explícitos, los Little Blue Books, tal como hoy existen, representan una democracia de la literatura. Todos los Little Blue Books nacen iguales, y todos tienen las mismas posibilidades de tener éxito y estar en la serie de forma permanente. Ningún Little Blue book recibe más publicidad que otro libro; cada emprendimiento está hecho para vender cada Little Blue Book como si fuera totalmente posible hacer su título atractivo o clasificarlo de forma que el título capte la atención del lector. No puede haber nunca favoritismo en ningún Little Blue Book debido a una encuadernación más atractiva o un tamaño más deseable—todos se encuadernan de la misma forma y tienen exactamente el mismo tamaño (3.5 x 5 pulgadas), con la excepción de textos especiales y diccionarios.
No puede decirse que algún Little Blue Book tenga una ventaja especial, entonces. Ningún Little Blue Book sufre algún problema específico por sí mismo— a no ser que lo tenga la propia materia de lectura, lo cual nos conduce a mi frase de que los Little Blue Books cuentan una historia vital y tremendamente importante sobre los lectores Americanos y sus gustos. Para asegurarme, los Little Blue Books varían en extensión—desde 32 hasta 128 páginas, teniendo la mayoría de ellos 64 páginas—pero el número de páginas no se da para ningún Little Blue Book en ningún anuncio o catálogo, de forma que esto no puede prejuzgar ningún comprador de ofertas en favor o encontra de ningún libro de la lista. La extensión de cada libro está gobernada completamente por la naturaleza del texto—una de las obras de Shakespeare puede requerir 128 páginas, mientras una colección de cuentos de Poe puede caber en sólo 64 páginas.
Mi idea es que los Little Blue Books se compran por una sola razón, y esa razón es lo que hace la historia de los Little Blue Books un comentario sobre la psicología de los lectores Americanos en general. Esta razón es que el libro es deseado porque el comprador quiere leerlo. Puedes no ver nada brillante o revolucionario en esta aserción y puedes incluso insistir en que todos los libros se compran para leerlos. No puedo estar de acuerdo, sin embargo, en aceptar una generalización como esta última. No todos los libros se compran para leerlos, aunque posiblemente muchos de ellos lo son. Algunos—y tú tendrás que admitirlo—se compran porque se considera de élite tenerlos, o porque casan con la decoración, o como regalos para amigos y familiares, especialmente por Navidad. Todos los libreros trabajan duro para el negocio de la Navidad—cuando no hay certeza de que los libros que se compran como regalo se van a leer alguna vez. Nadie compra Little Blue Books para regalar por Navidad—o quizás diría mejor que algunos lo hacen—porque así es.
Pero, algunos puedeo objetar, no hay nada excitante, o un sentido interno de satisfacción, en ser capaz de comprar libros a precios tan bajos como 5 centavos cada uno, ¿verdad? Quizás, pero esto se añade al deseo de leer los libros comprados. Por supuesto, es una parte importante de la publicidad de los Little Blue Books resaltar el precio de cinco centavos, e indicar que un libro de estos contiene 64 pages, 15.000 palabras de texto auténtico y preciso, y así sucesivamente. Suena atractivo decir que puedes tener en la serie de 1.260 títulos diferentes—cualquier conjunto de 20 libros por un dollar, enviados previo pago a cualquier dirección en el mundo. Pero esto sirve para atraer la atención del anuncio—a los libros por sí mismos. Si el lector cuya atención fue atraída de esta forma no encontró títulos que le interesaran—no compraría ningún libro, aunque fueran a cinco centavos la pieza, simpelemente para tener la satisfacción interna de tomar ventaja de una ganga.
La gente no compra libros porque son una ganga—a menos que tengan alguna esperanza de que encontrarán el tiempo para leeros. Por el contrario, los amantes de los libros y los coleccionistas dedicarán fondos a menudo para comprar libros porque son caros—y no necesariamente porque quieran leerlos. La gente que compra los Little Blue Books tiene mucha menos inclinación para preservarlos, de hecho, que el que tienen para comprarlos y leerlos. En este sentido los libros Little Blue son como los periódicos y revistas. A un hombre no le importa perder o desubicar un Little Blue Book, porque es fácilmente reemplazable casi gratis. O lo diré de otra forma—como no hay necesidad de ser muy cuidadoso con un Little Blue Book, el hombre que compra uno lo lee casi de una vez—antes de perderlo.
A 1 de Enero de 1928, que es la fecha en la que los hechos de este libro se basan, habían 1.260 títulos diferentes en el Little Blue Book—todos ellos ofrecidos independientemente de su naturaleza o longitud, al mismo precio. La elección de un comprador está limitada a solo 20 libros, el mínimo que debe ordenarse de una vez. Pueden ordenarse muchos más de 20 si interesa, todos ellos al mismo precio.
De los 1.260 libros, cualquiera podría seleccionar 20 ó más que quisiera leer, siendo esta serie el conjunto literario más representativo jamás publicado a un precio estandarizado en un formato uniforme. No solo trabajos literarios, no solo los clásicos estándar, no solamente las formas reconocidas de publicación como las biografías, historia y similares—sino la Biblia y libros contra la Biblia, libros de auto-educacuón, amor y pasión, libros médicos—en resumen, lobros sobre cualquier cosa. Si hay algún interés que el lector Americano tiene por un tipo concreto de libro, puede estar prácticamente seguro de encontrar una forma de expresar ese deseo realizando su selección de Little Blue Books.
Nota del traductor (o sea, yo):
¿Conoces la historia de E. Haldeman-Julius? Emmanuel Haldeman-Julius nació el 30 de Julio de 1889, en Filadelfia. Hijo de un encuadernador de libros, fue muy conocido por la edición y venta de pequeños libritos, los Little Blue Books, que fueron extremadamente populares y alcanzaron un total de más de 300 millones de ventas. Estos libros, que cabían en cualquier bolsillo, tanto por el tamaño como por el precio (25 centavos de dólar), fueron en su momento vistos como una amenaza para el sistema norteamericano, porque trataba temas de “ateísmo, socialismo, y sexualidad de forma franca”. Esto provocó su desaparición.
Acude aquí si quieres conocer más sobre la historia de este hombre.